Casa en Colina - OPA
Esta vivienda se ubica en un loteo de parcelas en las inmediaciones de Colina, a un costado de la Carretera San Martín de los Andes.
La abundante vegetación y el espacio abierto, dominado por cerros y arboledas, sostienen el carácter campestre de la zona, desgastado por la expansión urbana y un desarrollo inmobiliario poco sensible a lo agreste, que reproduce modelos habitacionales y de infraestructura urbana, en un escenario natural. Con esto también se está importando la imagen de la ciudad, al campo.
Esto nos entregó las primeras nociones para el diseño, proyectar una “casa de campo” en lugar de una casa de ciudad, en el campo. Así, la idea de reinterpretar y representar las construcciones campestres tradicionales tomó fuerza por sobre la de inventar un concepto formal para una casa, con el fin de trabajar en contexto y en relación al entorno natural.
Durante el proceso de estudio de las tipologías constructivas de áreas rurales (habitacionales e industriales), sobresalieron las virtudes espaciales de los galpones para maquinaria y bodegas agrícolas, principalmente por la simpleza de su estructura, amplitud y altura interior, flexibilidad de uso, construcción modular y el potencial de ampliación programada, todos elementos bien valorados por el mandante. Lo reconocible de los elementos que componen este tipo de construcciones la hacen común y familiar, y al mismo tiempo individuales y definidas dentro del paisaje a través del uso de los materiales.
En contraposición a estas virtudes, la problemática de los aspectos térmicos y energéticos de recintos con gran volumen de aire, pensando en el uso doméstico y el potencial de estas estructuras como modelo de crecimiento habitacional para zonas rurales, inspirado en sus propias características y paisajes, dándole valor y extendiendo su tradición constructiva desde una perspectiva medioambiental contemporánea y sustentable.
Como estrategia de diseño se resolvió cargar la estructura de la casa con más variables programáticas y de funcionamiento, dado que en ésta se realizan los mayores esfuerzos de la construcción, constituyendo el eje temático del proyecto. Para esto se diseñó un esqueleto estructural en base a marcos de hormigón armado de doble altura, con forma independiente según su posición y programa. Esto resulta en un desarrollo longitudinal de la casa donde ningún marco es igual al otro, rompiendo la simetría y monotonía espacial de las estructuras industriales.
El espacio interior se organiza reuniendo todas las funciones de servicio y circulaciones en un corredor técnico de dos niveles, orientado al poniente, que se separa de las aéreas públicas y dormitorios por un muro de albañilería reforzada de ladrillo fiscal a la vista, de doble altura. Ambos espacios se vinculan a través de aberturas en el muro. Las circulaciones del segundo piso se abalconan sobre el estar, acentuando su verticalidad y jerarquía como centro del hogar. En los cabezales de la casa se ubicaron las terrazas, orientadas al sur para el verano y al norte para el sol de invierno.
Los pilares de los marcos estructurales fueron diseñados con una sección variable, que aumenta a medida que ganan altura, generando la condición para un cerramiento perimetral aislante de mayor espesor en el segundo nivel y techumbre, entregándoles mayor capacidad térmica. Esto contribuye a almacenar la masa de aire caliente por más tiempo en invierno y usar menos energía para calentar la casa, a modo de una casona de campo con muros gruesos de adobe.
Para enfriar la casa se proyectaron ventilaciones cruzadas en ambos sentidos de la casa y atravesando las dos alturas, para favorecer la circulación de aire fresco y la extracción pasiva del aire caliente.
El entorno de la casa fue tratado aprovechando el terreno para generar lugares alrededor de la casa, y en función de los patios naturales que se forman a ambos lados y bajo una antigua alameda, que entra y remata en el sitio.
Arquitectos: OPA / Felipe del Río, Federico Campino
La abundante vegetación y el espacio abierto, dominado por cerros y arboledas, sostienen el carácter campestre de la zona, desgastado por la expansión urbana y un desarrollo inmobiliario poco sensible a lo agreste, que reproduce modelos habitacionales y de infraestructura urbana, en un escenario natural. Con esto también se está importando la imagen de la ciudad, al campo.
Esto nos entregó las primeras nociones para el diseño, proyectar una “casa de campo” en lugar de una casa de ciudad, en el campo. Así, la idea de reinterpretar y representar las construcciones campestres tradicionales tomó fuerza por sobre la de inventar un concepto formal para una casa, con el fin de trabajar en contexto y en relación al entorno natural.
Durante el proceso de estudio de las tipologías constructivas de áreas rurales (habitacionales e industriales), sobresalieron las virtudes espaciales de los galpones para maquinaria y bodegas agrícolas, principalmente por la simpleza de su estructura, amplitud y altura interior, flexibilidad de uso, construcción modular y el potencial de ampliación programada, todos elementos bien valorados por el mandante. Lo reconocible de los elementos que componen este tipo de construcciones la hacen común y familiar, y al mismo tiempo individuales y definidas dentro del paisaje a través del uso de los materiales.
Esta infraestructura se inserta respetuosamente en la geografía, asociándose a grandes superficies libres y de cultivo, y a alamedas de caminos interiores que se perciben la distancia como ejes verdes de gran altura. El tamaño, robustez y nitidez de su volumetría manifiestan su condición arquitectónica entre los macizos del valle de Colina.
En contraposición a estas virtudes, la problemática de los aspectos térmicos y energéticos de recintos con gran volumen de aire, pensando en el uso doméstico y el potencial de estas estructuras como modelo de crecimiento habitacional para zonas rurales, inspirado en sus propias características y paisajes, dándole valor y extendiendo su tradición constructiva desde una perspectiva medioambiental contemporánea y sustentable.
Como estrategia de diseño se resolvió cargar la estructura de la casa con más variables programáticas y de funcionamiento, dado que en ésta se realizan los mayores esfuerzos de la construcción, constituyendo el eje temático del proyecto. Para esto se diseñó un esqueleto estructural en base a marcos de hormigón armado de doble altura, con forma independiente según su posición y programa. Esto resulta en un desarrollo longitudinal de la casa donde ningún marco es igual al otro, rompiendo la simetría y monotonía espacial de las estructuras industriales.
El espacio interior se organiza reuniendo todas las funciones de servicio y circulaciones en un corredor técnico de dos niveles, orientado al poniente, que se separa de las aéreas públicas y dormitorios por un muro de albañilería reforzada de ladrillo fiscal a la vista, de doble altura. Ambos espacios se vinculan a través de aberturas en el muro. Las circulaciones del segundo piso se abalconan sobre el estar, acentuando su verticalidad y jerarquía como centro del hogar. En los cabezales de la casa se ubicaron las terrazas, orientadas al sur para el verano y al norte para el sol de invierno.
Los pilares de los marcos estructurales fueron diseñados con una sección variable, que aumenta a medida que ganan altura, generando la condición para un cerramiento perimetral aislante de mayor espesor en el segundo nivel y techumbre, entregándoles mayor capacidad térmica. Esto contribuye a almacenar la masa de aire caliente por más tiempo en invierno y usar menos energía para calentar la casa, a modo de una casona de campo con muros gruesos de adobe.
Para enfriar la casa se proyectaron ventilaciones cruzadas en ambos sentidos de la casa y atravesando las dos alturas, para favorecer la circulación de aire fresco y la extracción pasiva del aire caliente.
El entorno de la casa fue tratado aprovechando el terreno para generar lugares alrededor de la casa, y en función de los patios naturales que se forman a ambos lados y bajo una antigua alameda, que entra y remata en el sitio.
Arquitectos: OPA / Felipe del Río, Federico Campino
Ubicación: Colina, Región Metropolitana, Chile
Ingeniería Estructural: Leonora Morales
Construcción: Jaime Martínez Jaca
Superficie Interior: 200 m2
Superficie Exterior: 77 m2
Año Construcción: 2009
Paisajismo: José Ignacio Romussi
Fotografías: Nico Saieh / Cristina Alemparte
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