Casa Pontoporia – Clorindo Testa / Ezequiel Rivarola

A 470 KM. De la ciudad de Buenos Aires, en un terreno frente al mar de la costa Atlántica, más exactamente en Mar del Sud, se ha proyectado esta casa en un entorno muy peculiar.

El proyecto completo, del cual se ha ejecutado la primera etapa, parte de la relación gerenada entre dos cubos propuesta por Testa. Se plantea una casa que se abre progresivamente al paisaje circundante desde los niveles inferiores. Se privilegia el habitar como refugio en medio de un clima severo. Es por ellos que la disposición de los cubos busca proteger los habitantes del viento constante.

Con respecto a la idea de la implantación general y la forma en que se plantea la relación con el entorno se evita lo obvio, no se abre toda la casa al mar, si no que se privilegia la interioridad. Por ende las relaciones con la naturaleza son más contenidas en los espacios inferiores para liberarse luego progresivamente hacia las plantas más altas.

Los cubos, como rocas artificiales dispuestas sobre el terreno, aluden a las formaciones geológicas presentes en el área, El movimiento relativo entro los dos cubos sumado a las operaciones de adición y sustracción en los mismos, permiten la creación de nuevos espacios.

La estabilidad del proyecto fue un condicionante a partir del inicio, es por ello que nos inclinamos por la bipolaridad de las formas cuya disposición permite diversas combinaciones funcionales. Es por eso que la casa se presenta como dos cubos independientes unidos por un puente que traspasa un patio encerrado formado por los volúmenes.

Un complejo programa se resuelve de manera simple. La casa presenta la variable de poder comportarse como una única vivienda unifamiliar, o bien, cada cubo de manera independiente conformando dos viviendas equipadas distintamente.

Desde un primer momento se puso en evidencia la sustentabilidad de una casa de veraneo, por lo que era económicamente necesaria la posibilidad de rentar la vivienda.

Esta casa no solo posibilita rentarla completamente como cualquier otra casa normal, sino que más bien está pensada para que una parte pueda ser alquilada y la otra puede ser al mismo tiempo utilizada por los propietarios.

La espacialidad interior se genera a partir de formas geométricas simples con intervenciones complejas que producen diversos grados de apertura en relación al viento, las visuales, el sol y los usos. Mediante la interposición de un objeto-rampa quedan vinculados los dos volúmenes que presentan una diferencia de medio nivel entre los mismos para privilegiar las visuales desde las áreas de estar.

La relación entre el estar superior y la terraza permite dar un marco de especial relación con el mar y generar un plano social elevado que refuerza la estrategia de implantación de la vivienda.

La capacidad de trasformar problemas en oportunidades se puede ver en la solución propuesta ante la construcción vecina que está muy adelantada contra la costa. Esto generó que el plano social desde donde se aprecia el entorno este elevado a cierto nivel, vinculando el estar con la terraza. Sobre esta base geométrica ocurren intervenciones que hablan de un lenguaje desestructurado y un tono lúdico, generando espacios de características singulares.

Ficha Técnica

Arquitectos: Clorindo Testa – Ezequiel Rivarola
Colaborador: Eric Cowper
Equipo de proyecto: Esteban Arribas, Pablo Dellepiane, Carolina Winitzky
Ubicación: Mar del Sud, Buenos Aires, Argentina.
Proyecto: 2006 – 2007
Construcción: 2008
Superficie: 125 m2