Casa FOA 2009: Espacio N° 37 - Shop Fundación Adobe + Aedin: Bruno Cariglino
El arquitecto Bruno Cariglino realizó el Espacio 37 para las ONG AEDIN (Asociación En Defensa del Infante Neurológico) y ADOBE (organización para la conservación del patrimonio cultural de poblaciones del interior) en la edición 25º aniversario de Casa FOA.
Las necesidades de ambas asociaciones planteaban un espacio que conjugara presencia institucional + venta de algunos productos de elaboración propia, para recaudar fondos para sus causas.
La complejidad principal era resumir en un mismo espacio -no solo desde el uso sino también desde el diseño y la estética-, lo que en un principio había sido ideado como dos espacios separados (uno para cada asociación) de solo 2 metros de ancho y divididos por un tabique.
El desafío era hacer convivir armónicamente las estéticas de las dos asociaciones, que en apariencia eran opuestas entre sí: AEDIN con sus colores vivos (cuyo color representativo es el rojo), luminosos y formas simples de inspiración moderna, pensadas para incentivar los sentidos de los chicos con problemas neurológicos; y por el otro lado ADOBE, con sus elementos del monte, tejidos artesanales, texturas naturales y colores tierra.
Las necesidades de ambas asociaciones planteaban un espacio que conjugara presencia institucional + venta de algunos productos de elaboración propia, para recaudar fondos para sus causas.
“Resolver esta necesidad, con el menor presupuesto posible, en un espacio muy reducido, haciendo más con menos, era uno de los temas fundamentales, pero no quizás el más complejo “ nos cuenta Bruno.
La complejidad principal era resumir en un mismo espacio -no solo desde el uso sino también desde el diseño y la estética-, lo que en un principio había sido ideado como dos espacios separados (uno para cada asociación) de solo 2 metros de ancho y divididos por un tabique.
El desafío era hacer convivir armónicamente las estéticas de las dos asociaciones, que en apariencia eran opuestas entre sí: AEDIN con sus colores vivos (cuyo color representativo es el rojo), luminosos y formas simples de inspiración moderna, pensadas para incentivar los sentidos de los chicos con problemas neurológicos; y por el otro lado ADOBE, con sus elementos del monte, tejidos artesanales, texturas naturales y colores tierra.
En un juego de armonía y oposición, se imaginó una especie de código de barras en que uno fuera el blanco y el otro el negro y se combinaran entre sí para generar, por ejemplo, la envolvente del espacio totalizado.
Más allá de la estética diferente, sonaban en común, las palabras solidaridad, tender redes, redes sociales, sustentabilidad (representando un equilibrio entre lo social, lo económico y el medio ambiente), calidez y convivencia. Esas ideas debían regir todo el diseño del espacio, representando una filosofía de fondo, transmitiendo un mensaje.
Más allá de la estética diferente, sonaban en común, las palabras solidaridad, tender redes, redes sociales, sustentabilidad (representando un equilibrio entre lo social, lo económico y el medio ambiente), calidez y convivencia. Esas ideas debían regir todo el diseño del espacio, representando una filosofía de fondo, transmitiendo un mensaje.
Así surge la idea de un “código de barras” aplicado a la envolvente totalizada del espacio, formado por un backlight con un ploteo inspirado en la idea de las “redes” (el vacío del código), y paneles móviles de melamina roja (el pleno), acentuado más dramáticamente por el juego de luces y sombras que se genera.
Para no interferir con esta idea de fondo, se agregaron muy pocos elementos, que también concuerdan con la filosofía sustentable adoptada: dos mesas-exhibidores armadas con maderas de demolición recicladas, bancos realizados en el Chaco con maderas de árboles caídos del monte, y dos lámparas escultóricas de Designo Patagonia elaboradas con la semilla de la planta “moneda de papa” (Lunaria annua) que flotan sobre el espacio contra el techo negro, marcando el centro del espacio virtual de cada asociación.
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