Casa en Tarragona - Dom Arquitectura
La cinta blanca reposa sobre la muralla
La tradición histórica de construcción en piedra en Tarragona y de sus antiguas murallas, nos hizo decidirnos por tratar la planta baja de la casa, como un zócalo de piedra seca emergente desde el propio terreno.
Las trazas verticales y repetitivas de los troncos, ramas y hojas del bosque de pinos donde se sitúa el terreno, nos tamizan la luz, y nos generan agradables atmósferas de luces y sombras. El volumen blanco de la planta primera, como una pieza más pura y liviana, reposa sobre la base de piedra. Esa cinta blanca parece irse deshaciendo en la fachada sur, donde aparecen los huecos de las terrazas, y las celosías y pérgolas también blancas que nos filtran la luz de una forma más geométrica, pero generando atmósferas similares a las de su entorno natural. En la terraza de la habitación principal estas celosías también nos proporcionan mayor privacidad.
El terreno con ligera pendiente, nos obliga a plantear la casa en 3 niveles, la entrada, la planta baja y terrazas y el jardín. Integrando la posición de la casa al terreno. Su forma de L en planta, abraza el espacio, generando un entorno visual recogido, e integrándolo en su entorno natural, para convertir el resto del jardín en una zona de disfrute.
Las dos tipologías de fachadas muy contrastadas se relacionan en equilibrio. Por un lado, la fachada blanca, con un mortero monocapa y pintura, colocado sobre paneles de aislamiento térmico nos evita los puentes térmicos y nos garantiza la eficiencia climática de la casa. Y por otro la fachada de piedra, se coloca sobre unos paneles prefabricados de hormigón, que se instalan con relativa facilidad, reduciendo los residuos generados en obra, el tiempo de ejecución y también el coste.
La distribución de la planta baja, donde se ubican las estancias principales de acceso, salón, comedor y cocina, se plantea con espacios muy abiertos y dando la máxima continuidad visual con las terrazas exteriores. La planta primera con vistas al mar, acoge los dormitorios, formando terrazas y voladizos al sur, para proteger la fachada de las radiaciones solares en los meses más cálidos.
Arquitecto: Pablo Serrano Elorduy
Interiorista: Blanca Elorduy
Calculista: Windmill
Superficie: 270 m2
Fecha: 2018
Fotografía de Arquitectura Jordi Anguera
La tradición histórica de construcción en piedra en Tarragona y de sus antiguas murallas, nos hizo decidirnos por tratar la planta baja de la casa, como un zócalo de piedra seca emergente desde el propio terreno.
Las trazas verticales y repetitivas de los troncos, ramas y hojas del bosque de pinos donde se sitúa el terreno, nos tamizan la luz, y nos generan agradables atmósferas de luces y sombras. El volumen blanco de la planta primera, como una pieza más pura y liviana, reposa sobre la base de piedra. Esa cinta blanca parece irse deshaciendo en la fachada sur, donde aparecen los huecos de las terrazas, y las celosías y pérgolas también blancas que nos filtran la luz de una forma más geométrica, pero generando atmósferas similares a las de su entorno natural. En la terraza de la habitación principal estas celosías también nos proporcionan mayor privacidad.
El terreno con ligera pendiente, nos obliga a plantear la casa en 3 niveles, la entrada, la planta baja y terrazas y el jardín. Integrando la posición de la casa al terreno. Su forma de L en planta, abraza el espacio, generando un entorno visual recogido, e integrándolo en su entorno natural, para convertir el resto del jardín en una zona de disfrute.
Las dos tipologías de fachadas muy contrastadas se relacionan en equilibrio. Por un lado, la fachada blanca, con un mortero monocapa y pintura, colocado sobre paneles de aislamiento térmico nos evita los puentes térmicos y nos garantiza la eficiencia climática de la casa. Y por otro la fachada de piedra, se coloca sobre unos paneles prefabricados de hormigón, que se instalan con relativa facilidad, reduciendo los residuos generados en obra, el tiempo de ejecución y también el coste.
La distribución de la planta baja, donde se ubican las estancias principales de acceso, salón, comedor y cocina, se plantea con espacios muy abiertos y dando la máxima continuidad visual con las terrazas exteriores. La planta primera con vistas al mar, acoge los dormitorios, formando terrazas y voladizos al sur, para proteger la fachada de las radiaciones solares en los meses más cálidos.
Arquitecto: Pablo Serrano Elorduy
Interiorista: Blanca Elorduy
Calculista: Windmill
Superficie: 270 m2
Fecha: 2018
Fotografía de Arquitectura Jordi Anguera
Publicar un comentario