Casa hacia el río - Najas Arquitectos
Ventajosamente, pudimos influir sobre la decisión de compra del terreno. Un lote de 1300m2 con 60m de profundidad con una plataforma frontal plana de 30 metros que luego decae con una pendiente del 40% que finalmente remata con una quebrada hacia el río Machángara.
Era muy claro que los clientes buscaban potenciar la vista y el sonido del río. Por eso, el concepto arquitectónico busco, desde su inicio, lograr espacios que provoquen la sorpresa de descubrir estas condiciones. Una especie de umbral entre la vida “publica” y la paz de la vida privada.
El deseo de privacidad de los propietarios produjo una bipolaridad en la personalidad arquitectónica de la casa. Hacia la calle, es amigable, de pocas palabras e introvertida por su peso volumétrico y aperturas controladas. Hacia el interior, de manera paulatina, más extrovertida y franca, para finalmente descubrir de manera casi eufórica un paisaje privado.
La transparencia interna muestra la dramática vista enmarcada por elementos lineales blancos muy livianos que conforman las cubiertas soportadas por un sistema de pilares muy esbeltos de acero. Al atravesar el umbral se descubre la naturaleza intocada del paisaje que se revela únicamente a la vida privada.
Al tratarse de una familia joven, la flexibilidad de uso fue la norma, pues lo que hoy es un gimnasio, luego será un taller; o al desocupar la suite de visitas, podrá transformarse en sala secundaria. Esto se logra con grandes puertas corredizas que dividen y unifican los espacios por demanda.
Las áreas sociales enfrentan el paisaje a través de mamparas de vidrio templado de 6.50 metros de altura que se desplazan como un acordeón. Una vez abiertas, se conectan a una terraza cubierta a gran escala que recibe el sonido del rio y contienen actividades culinarias y de contemplación.
En la planta baja, hacia el jardín, una piscina, en cuatro metros de cantiléver, vuela sobre la quebrada y conforma un mirador que aísla cualquier conexión visual con lo que no sea naturaleza. Desde el jardín, se descubre la casa, incrustada en la quebrada, que formalmente se muestra como una línea blanca que envuelve el acristalamiento de todas las áreas de la casa.
La narrativa espacial se la vive al peregrinar desde la calle, cerrando espacios exteriores como transiciones que, solamente al atravesar la puerta principal, develan las imágenes, los olores y los sonidos del lugar.
Arquitecto: Najas
Arquitectos: Esteban Najas
Ubicación: Tanda – Quito – Ecuador
Año: 2010
Construcción: Najas Arquitectos
Terreno: 1300 m2
Superficie: 650 m2
Fotografía: Revista Clave! – Chris Falconi – Esteban Najas
Era muy claro que los clientes buscaban potenciar la vista y el sonido del río. Por eso, el concepto arquitectónico busco, desde su inicio, lograr espacios que provoquen la sorpresa de descubrir estas condiciones. Una especie de umbral entre la vida “publica” y la paz de la vida privada.
El deseo de privacidad de los propietarios produjo una bipolaridad en la personalidad arquitectónica de la casa. Hacia la calle, es amigable, de pocas palabras e introvertida por su peso volumétrico y aperturas controladas. Hacia el interior, de manera paulatina, más extrovertida y franca, para finalmente descubrir de manera casi eufórica un paisaje privado.
La transparencia interna muestra la dramática vista enmarcada por elementos lineales blancos muy livianos que conforman las cubiertas soportadas por un sistema de pilares muy esbeltos de acero. Al atravesar el umbral se descubre la naturaleza intocada del paisaje que se revela únicamente a la vida privada.
Al tratarse de una familia joven, la flexibilidad de uso fue la norma, pues lo que hoy es un gimnasio, luego será un taller; o al desocupar la suite de visitas, podrá transformarse en sala secundaria. Esto se logra con grandes puertas corredizas que dividen y unifican los espacios por demanda.
Las áreas sociales enfrentan el paisaje a través de mamparas de vidrio templado de 6.50 metros de altura que se desplazan como un acordeón. Una vez abiertas, se conectan a una terraza cubierta a gran escala que recibe el sonido del rio y contienen actividades culinarias y de contemplación.
En la planta baja, hacia el jardín, una piscina, en cuatro metros de cantiléver, vuela sobre la quebrada y conforma un mirador que aísla cualquier conexión visual con lo que no sea naturaleza. Desde el jardín, se descubre la casa, incrustada en la quebrada, que formalmente se muestra como una línea blanca que envuelve el acristalamiento de todas las áreas de la casa.
La narrativa espacial se la vive al peregrinar desde la calle, cerrando espacios exteriores como transiciones que, solamente al atravesar la puerta principal, develan las imágenes, los olores y los sonidos del lugar.
Arquitecto: Najas
Arquitectos: Esteban Najas
Ubicación: Tanda – Quito – Ecuador
Año: 2010
Construcción: Najas Arquitectos
Terreno: 1300 m2
Superficie: 650 m2
Fotografía: Revista Clave! – Chris Falconi – Esteban Najas
Mira aqui otros trabajos de Najas Arquitectos publicados en Tecnohaus:
Publicar un comentario