Siamoises Mentana Boyer - Blouin Tardif Architecture-Environnement
Siamoises Mentana Boyer es el nombre de este proyecto situado en el corazón de uno de los barrios más populares de Montreal, Plateau-Mont Royal.
El trabajo, realizado por el estudio canadiense Blouin Tardif Architecture-Environnement, ha consistido en la construcción de dos viviendas casi idénticas que se levantan en la parcela de un antiguo edificio comercial. Cada una de las propiedades ocupa la mitad del terreno y las entradas están situadas en calles opuestas (Mentana y Boyer).
Los arquitectos tuvieron que superar las limitaciones propias de un contexto urbano clásico como los edificios colindantes, el uso conjunto o la necesidad de conseguir la máxima entrada de luz natural. Una forma de sacar el máximo partido al no demasiado generoso tamaño del terreno fue adaptar la forma de las casas a la de la parcela, ocupando toda la superficie.
Sin espacio exterior, la vida se volcó hacia el interior de las viviendas, donde los responsables del proyecto crearon dos patios que favorecen la entrada de luz natural y, al mismo tiempo, ofrecen un espacio privado a cada una de las casas.
La vida cotidiana se desarrolla en tres niveles. Los espacios públicos se han situado en el piso superior y se han diseñado como un ambiente sin divisiones y completamente acristalado en torno al vacío que han generado los patios. Con esta decisión, también se han asegurado de que sean las estancias más sociales las que reciban una mayor cantidad de luz.
El trabajo, realizado por el estudio canadiense Blouin Tardif Architecture-Environnement, ha consistido en la construcción de dos viviendas casi idénticas que se levantan en la parcela de un antiguo edificio comercial. Cada una de las propiedades ocupa la mitad del terreno y las entradas están situadas en calles opuestas (Mentana y Boyer).
Los arquitectos tuvieron que superar las limitaciones propias de un contexto urbano clásico como los edificios colindantes, el uso conjunto o la necesidad de conseguir la máxima entrada de luz natural. Una forma de sacar el máximo partido al no demasiado generoso tamaño del terreno fue adaptar la forma de las casas a la de la parcela, ocupando toda la superficie.
Sin espacio exterior, la vida se volcó hacia el interior de las viviendas, donde los responsables del proyecto crearon dos patios que favorecen la entrada de luz natural y, al mismo tiempo, ofrecen un espacio privado a cada una de las casas.
La vida cotidiana se desarrolla en tres niveles. Los espacios públicos se han situado en el piso superior y se han diseñado como un ambiente sin divisiones y completamente acristalado en torno al vacío que han generado los patios. Con esta decisión, también se han asegurado de que sean las estancias más sociales las que reciban una mayor cantidad de luz.
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