Casa entre el bosque y el mar - Marcelo del Torto
Emplazada en un paisaje llano, esta casa de estilo contemporáneo se funde con el entorno natural brindando un refugio de los rigores del clima.
Ubicada en San Vicente, entre La Barra y JosĂ© Ignacio, esta propiedad es parte de un barrio de chacras cuyo paisaje obliga a tener la contemplaciĂłn del entorno natural como aspecto fundamental de todo proyecto arquitectĂłnico que lo pueble. Esa lĂłgica guiĂł el diseño del arquitecto Marcelo del Torto, en perfecta sintonĂa con Paula Castillo, la dueña de casa, que con buen gusto y sentido comĂşn quiso, antes que una casa de mar, una casa de campo.
Se imponĂa darle prioridad al llano con monte de eucaliptos por sobre el horizonte con mar, a unos kilĂłmetros.
Otras premisas fueron lograr una flexibilidad tal que permitiera disfrutar la casa en invierno y verano, y suficientes comodidades como para recibir amigos con libertad. Porque este es un espacio eminentemente hospitalario. Se nota en la elecciĂłn de materiales, que permiten recibir con elegancia sin preocuparse en exceso por el mantenimiento, las proporciones amplias y calidad de los textiles, como no podĂa ser de otro modo viniendo de Castillo, al frente de la deliciosa tienda Amada.
Ante la inmensidad del paisaje y la presencia de cielo, se optĂł por la horizontalidad que sugiere el entorno. La estructura se aferra entonces al terreno con dos volĂşmenes bajos, ligados al suelo.
En uno de ellos se dispusieron el living, el comedor, la cocina y las zonas de servicio y, en el segundo, los dormitorios.
Estos espacios de transición, en sus pliegues e intersticios crean un oasis doméstico, cercano y amigable, entre la casa y la naturaleza que la rodea.
La vista exterior de la propiedad presenta una caja simple que funde sus lĂmites con muros transparentes de carpinterĂa y columnas. Orientada como el nido de un hornero, se cierra al Sur y al Oeste con muros macizos de piedra laja gris proveniente de la ciudad uruguaya de Minas.
La sala de estar tiene acceso a esta galerĂa con deck de madera y un techo de cañas que filtra los rayos del sol creando un atractivo juego de sombras.Está equipado con una gran mesa de madera oscura sin lustrar, dos largos bancos laterales haciendo juego y un original asiento tipo camastro en la cabecera.
Para llevar al espacio privado el estilo campestre, en el cuarto principal, se dispuso una vieja escalerita de madera iluminada con fanales (Amada) y un antiguo ropero.
Una ausencia casi completa de aberturas en el muro y la piedra de canto remarca la horizontalidad buscada en la arquitectura. La decoraciĂłn, a cargo de Paula Castillo, está en perfecta armonĂa con el estilo campestre buscado. Se apoya en muebles rĂşsticos de materiales nobles como el hierro y las maderas duras, complementados por exquisitos gĂ©neros naturales.
La habitaciĂłn de los chicos tiene tres camas de una plaza con mantas de llama de colores (Amada) y mesas de luz en hierro pintado.
La chimenea (Ashwood) divide este ambiente del comedor que se ve abajo. AllĂ, mesa rĂşstica rodeada de sillas plegables de hierro
En el baño, mesadas y bañadera de cemento alisado in situ y mampara de vidrio.
Ubicada en San Vicente, entre La Barra y JosĂ© Ignacio, esta propiedad es parte de un barrio de chacras cuyo paisaje obliga a tener la contemplaciĂłn del entorno natural como aspecto fundamental de todo proyecto arquitectĂłnico que lo pueble. Esa lĂłgica guiĂł el diseño del arquitecto Marcelo del Torto, en perfecta sintonĂa con Paula Castillo, la dueña de casa, que con buen gusto y sentido comĂşn quiso, antes que una casa de mar, una casa de campo.
Se imponĂa darle prioridad al llano con monte de eucaliptos por sobre el horizonte con mar, a unos kilĂłmetros.
Otras premisas fueron lograr una flexibilidad tal que permitiera disfrutar la casa en invierno y verano, y suficientes comodidades como para recibir amigos con libertad. Porque este es un espacio eminentemente hospitalario. Se nota en la elecciĂłn de materiales, que permiten recibir con elegancia sin preocuparse en exceso por el mantenimiento, las proporciones amplias y calidad de los textiles, como no podĂa ser de otro modo viniendo de Castillo, al frente de la deliciosa tienda Amada.
Ante la inmensidad del paisaje y la presencia de cielo, se optĂł por la horizontalidad que sugiere el entorno. La estructura se aferra entonces al terreno con dos volĂşmenes bajos, ligados al suelo.
En uno de ellos se dispusieron el living, el comedor, la cocina y las zonas de servicio y, en el segundo, los dormitorios.
Las intersecciones fueron ocupadas por las áreas de expansiĂłn: el deck, la galerĂa, la parilla, el horno de barro y la pileta.
Estos espacios de transición, en sus pliegues e intersticios crean un oasis doméstico, cercano y amigable, entre la casa y la naturaleza que la rodea.
La vista exterior de la propiedad presenta una caja simple que funde sus lĂmites con muros transparentes de carpinterĂa y columnas. Orientada como el nido de un hornero, se cierra al Sur y al Oeste con muros macizos de piedra laja gris proveniente de la ciudad uruguaya de Minas.
La sala de estar tiene acceso a esta galerĂa con deck de madera y un techo de cañas que filtra los rayos del sol creando un atractivo juego de sombras.Está equipado con una gran mesa de madera oscura sin lustrar, dos largos bancos laterales haciendo juego y un original asiento tipo camastro en la cabecera.
Pisos y techos de lapacho, en inmejorable combinación con paredes de laja cortada de canto, le confieren a los interiores interés y una sobria elegancia.
Para llevar al espacio privado el estilo campestre, en el cuarto principal, se dispuso una vieja escalerita de madera iluminada con fanales (Amada) y un antiguo ropero.
Una ausencia casi completa de aberturas en el muro y la piedra de canto remarca la horizontalidad buscada en la arquitectura. La decoraciĂłn, a cargo de Paula Castillo, está en perfecta armonĂa con el estilo campestre buscado. Se apoya en muebles rĂşsticos de materiales nobles como el hierro y las maderas duras, complementados por exquisitos gĂ©neros naturales.
La habitaciĂłn de los chicos tiene tres camas de una plaza con mantas de llama de colores (Amada) y mesas de luz en hierro pintado.
En el living, sillón de tres cuerpos de ratán con almohadones blancos (Marcovecchio) y dos sillones rojos de un cuerpo, reciclados por la dueña de casa
La chimenea (Ashwood) divide este ambiente del comedor que se ve abajo. AllĂ, mesa rĂşstica rodeada de sillas plegables de hierro
En el baño, mesadas y bañadera de cemento alisado in situ y mampara de vidrio.
FUENTE : Espacio Living
hola soy arquitecta y esta casa me encanto, ya que logro dar una funcionalidad básica, el lujo es exacto ni mas ni menos, los materiales son perfectos ademas de adaptarse hacen del entorno un espacio mágico, el mismo material da el color por lo tanto el mantenimiento es mĂnimo, los muebles fueron bien elegidos, y pienso que debieron poner mas detalle en la zona del baño puesto que si cambiaran algunos detalles llevarĂa una mejor continuidad en el estilo.
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