Casa FOA 2008 - Espacio nº 37 María Zunino / Geraldine Grillo
Cafetería BELINDA.
Medalla de Oro a la Arquitectura Mercedes Malbran de Campos.
La propuesta se basa en la incorporación de la cocina a un ámbito de uso comercial, un bar.
El desafío fue diseñar el espacio a partir de la generación de recorridos, para lograr diferentes alternativas de consumo:
- entrar, elegir, servirse la comida, pagar y sentarse dentro del local
- entrar, elegir, pagar y llevarse el producto a casa- comprar el producto en el “to go”
El espacio como caja es contundente.
Se trata de un cubo transparente con vistas al río. El interior es tratado como una planta libre donde se implanta un gran núcleo central que se impone por su altura y su piel tratada como un muro-pizarrón negro. La función del muro es ocultar los servicios, baños públicos y atención al cliente, aportando a su vez un detalle familiar, la letra cursiva, la anotación del día…
Los materiales nobles y de fácil higiene fueron elegidos cuidadosamente. Los colores se encuadran dentro de una paleta monocromática pero un destello de amarillo irrumpe desde el núcleo dando así un toque de color.
Medalla de Oro a la Arquitectura Mercedes Malbran de Campos.
La propuesta se basa en la incorporación de la cocina a un ámbito de uso comercial, un bar.
El desafío fue diseñar el espacio a partir de la generación de recorridos, para lograr diferentes alternativas de consumo:
- entrar, elegir, servirse la comida, pagar y sentarse dentro del local
- entrar, elegir, pagar y llevarse el producto a casa- comprar el producto en el “to go”
El espacio como caja es contundente.
Se trata de un cubo transparente con vistas al río. El interior es tratado como una planta libre donde se implanta un gran núcleo central que se impone por su altura y su piel tratada como un muro-pizarrón negro. La función del muro es ocultar los servicios, baños públicos y atención al cliente, aportando a su vez un detalle familiar, la letra cursiva, la anotación del día…
Los laterales sirven de apoyo a los módulos-mesada, materializados en Silestone blanco Zeus en su exterior y muebles bajo mesada de melamina blanca en su interior. Suspendidas desde el techo cuelgan estanterías de acero inoxidable, como campanas de cocina, que además funcionan como despensa para guardar alimentos y utensilios. Al fondo del local, un plano espejado que funciona como alacena, confunde el límite del local duplicándolo.
A fin de incorporar el exterior dentro del local y con la consigna de “compartir el pan” se extendió la mesa central de uso comunitario hacia el exterior. Allí, una gran sombrilla de hierro ayuda a delimitar y a apropiarse del espacio exterior generando un ámbito de media sombra.
Los materiales nobles y de fácil higiene fueron elegidos cuidadosamente. Los colores se encuadran dentro de una paleta monocromática pero un destello de amarillo irrumpe desde el núcleo dando así un toque de color.
Publicar un comentario