Casa Perdo Lira - Sebastian Irrazabal
El inmueble se encuentra edificado en la pre cordillera de Santiago de Chile, en un terreno de 700 m2 y una superficie construida de 200 m2. Su planta tiene la forma de una L con un estilo arquitectónico de forma que resalta la pureza de las líneas.
Tras una fachada neutra, formada por un largo muro de hormigón, aparece la casa Pedro Lira. Un semblante reposado que frente a una calle de incipiente dinamismo, esconde un interior cambiante y totalmente flexible. Es una gran L con dos niveles, uno que se habita, donde están concentrados los espacios comunes y los dormitorios, y otro que se goza: una terraza sobre el techo, que se eleva sobre la calle y permite una magnífica vista a los cerros de La Dehesa.
Su autor, el arquitecto Sebastián Irarrázaval, organizó el proyecto en torno a tres elementos: la terraza elevada sobre la calle, un muro perimetral que rodea la casa y un recorrido que ordena los ambientes. El muro cumple la función de contener la construcción y de definir un terreno más próximo a ella; una de sus aristas es la fachada, mientras las otras atraviesan parte del espacio interior. También permitió habilitar un angosto y alargado patio frontal al que salen los dormitorios. El muro también filtra el ruido que llega directamente a las piezas y protege la vivienda, permitiendo una vista exclusiva de la cordillera; además, construye un patio exterior que crea una sub área dentro del terreno al aire libre: "al compartimentalizarlo, manteniendo ciertas conexiones visuales, el jardín se agranda", comenta Irarrázaval.
El otro rasgo fuerte del diseño son cinco lucarnas cilíndricas, hechas con tubos sanitarios prefabricados, que están a lo largo del espacio principal. Ellas permiten homogeneizar la luz al interior y también definen bordes virtuales. Así, debido a la abundancia de vidrio y a que no hay muros que dividan los ambientes, la casa sugiere una cierta transparencia. Otras dos lucarnas de forma piramidal enfatizan esta situación: una sobre la rampa que conduce al techo, y otra sobre el estar. En conjunto, construyen un perfil de remate sobre la losa formando dos grandes estructuras sobresalientes.
La iluminación es obra del dueño de casa, quien la pensó específicamente para reforzar la arquitectura. El muro perimetral está iluminado, tanto en el interior como en el exterior, mediante leds - líneas de iluminación de bajo consumo- que lo realzan durante la noche. Las lucarnas poseen tenues luces para la noche, muy suaves y frías, que imitan la de la luna. En las rampas del living ubicó luces puntuales, separadas entre sí por algunos centímetros.
RESUMEN DE LA OBRA PDF : Casa Perdo Lira
La casa Pedro Lira, obra que desarrolló el arquitecto Sebastián Irarrázaval para su hermano, en La Dehesa, se caracteriza por su flexibilidad y porque en ella los elementos arquitectónicos son protagonistas.
Tras una fachada neutra, formada por un largo muro de hormigón, aparece la casa Pedro Lira. Un semblante reposado que frente a una calle de incipiente dinamismo, esconde un interior cambiante y totalmente flexible. Es una gran L con dos niveles, uno que se habita, donde están concentrados los espacios comunes y los dormitorios, y otro que se goza: una terraza sobre el techo, que se eleva sobre la calle y permite una magnífica vista a los cerros de La Dehesa.
Su autor, el arquitecto Sebastián Irarrázaval, organizó el proyecto en torno a tres elementos: la terraza elevada sobre la calle, un muro perimetral que rodea la casa y un recorrido que ordena los ambientes. El muro cumple la función de contener la construcción y de definir un terreno más próximo a ella; una de sus aristas es la fachada, mientras las otras atraviesan parte del espacio interior. También permitió habilitar un angosto y alargado patio frontal al que salen los dormitorios. El muro también filtra el ruido que llega directamente a las piezas y protege la vivienda, permitiendo una vista exclusiva de la cordillera; además, construye un patio exterior que crea una sub área dentro del terreno al aire libre: "al compartimentalizarlo, manteniendo ciertas conexiones visuales, el jardín se agranda", comenta Irarrázaval.
El tercer elemento, el recorrido, permite crear continuidad. Desde el estacionamiento, mediante una rampa escalonada, se llega al piso principal y a la entrada; una vez dentro, desde el living, otra rampa sube hacia la terraza superior. Irarrázaval la concibió como una casa "que se conoce a medida que te vas desplazando por ella, y que incluso te queda grabada en la memoria por cómo la recorriste".
El encargo fue de su hermano, Martín Irarrázaval y su mujer Carola García, quienes les dieron total libertad para crear. El interior se ordena mediante elementos que provocan tensiones visuales, como algunos pilares diagonales que son parte de la estructura, y que separan el comedor del living y éste de la cocina y la sala de estar. "No necesitas llenar el interior de muebles para que esté vivo; se habita entre objetos que son parte de la arquitectura", indica el arquitecto.
El otro rasgo fuerte del diseño son cinco lucarnas cilíndricas, hechas con tubos sanitarios prefabricados, que están a lo largo del espacio principal. Ellas permiten homogeneizar la luz al interior y también definen bordes virtuales. Así, debido a la abundancia de vidrio y a que no hay muros que dividan los ambientes, la casa sugiere una cierta transparencia. Otras dos lucarnas de forma piramidal enfatizan esta situación: una sobre la rampa que conduce al techo, y otra sobre el estar. En conjunto, construyen un perfil de remate sobre la losa formando dos grandes estructuras sobresalientes.
La iluminación es obra del dueño de casa, quien la pensó específicamente para reforzar la arquitectura. El muro perimetral está iluminado, tanto en el interior como en el exterior, mediante leds - líneas de iluminación de bajo consumo- que lo realzan durante la noche. Las lucarnas poseen tenues luces para la noche, muy suaves y frías, que imitan la de la luna. En las rampas del living ubicó luces puntuales, separadas entre sí por algunos centímetros.
Muchos de los recintos se conectan mediante puertas plegables, como los dormitorios, que pueden sumarse a la galería del living; lo mismo pasa entre la cocina y el estar. Según Sebastián Irrarázaval, "la idea es que los espacios sean flexibles, que se puedan ocupar formal o informalmente."
RESUMEN DE LA OBRA PDF : Casa Perdo Lira
Publicar un comentario